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La revelación del Rey de la Guerra sobre la guerra y la paz, parte 6 de 7

2024-06-24
Lecture Language:English
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Así que me escondía en uno de los coches de alquiler. Y el único coche que pude rentar en ese momento fue, les comenté, uno con palanca de cambios. Nunca había conducido uno con palanca de cambios en toda mi vida. […] ( ¿Cómo condujo la Maestra un auto de cambio manual por primera vez en una autopista? ¡Sigan viendo para averiguarlo! )

Entonces les pregunté a las personas que estaban haciendo fila conmigo: “¿Tienen un número de taxi para que pueda llamar un taxi por mí?” Así que una amable señora se salió de la fila, y dijo: “Allí hay una tienda. En el interior tienes un teléfono gratuito para pedir un taxi”. […] Ella incluso me mostró cómo llamar desde ese teléfono: “Sólo tienes que descolgarlo y alguien hablará contigo, y luego dices que quieres un taxi y les dices dónde estás, y ellos vendrán”. Yo tampoco sabía dónde estaba. Entonces dije: “La tienda”. Y me dijeron: “Tenemos muchas tiendas así. Así que tienes que decirme la dirección”. Así que les pedí a los trabajadores de la tienda que vinieran a hablar con (el conductor) del taxi. Yo era una “extranjera en la tierra de Egipto.” Entonces ellos me ayudaron y conseguí un taxi.

Y más tarde, conseguí una habitación de hotel, una pequeña y económica. Fui a cambiar algo de dinero y luego me sentí segura. Pero entonces el hotel me pidió muchas cosas – no sólo el pasaporte, sino también el permiso de conducir- Dios sabe que no tengo. Y luego la tarjeta de crédito – no estaba dispuesta a darla, porque tampoco tiene mi nombre – la pedí prestada. Oh, mi vida no es del todo sencilla. Pensaron que lo era – no lo es. Ya pensaba que mi vida era sencilla – pero no lo es. Entonces tampoco pude alojarme en ese hotel porque no soy lo suficientemente “creíble”. No creen en tu cara, en tu forma de hablar, en tu mirada – por más gentil que parezcas o seas, o por más suave que hables – ellos creen en la tarjeta de crédito impresa. Por ejemplo así. Entonces no pude quedarme en ese hotel. Tuve que irme por la noche en un taxi porque no sabía qué más hacer – no más tiendas, no más trenes, no más autobuses a esa hora.

Fui con un taxi desde Londres hasta donde se suponía que debía ir. Fueron unas dos horas. Y el taxista era musulmán. Me dijo que era musulmán. Vale, muy bien. Así que lo saludé en nombre de Alá. Pero tal vez él tuvo un mal rato con su esposa o algo en casa; siguió hablándome muy duramente todo el camino, por cualquier cosa, cualquier razón – hablaba bruscamente. Pero entonces, de repente, cambió su tono. Me contó que no quería comer esto o aquello debido a las alergias. Entonces dije, “Oh, entonces usted casi es vegano”. Él dijo, “No, no soy vegano. Solo como tal y tal cosa porque no me causa alergia. Bebo leche de almendras y leche sin lactosa”. Dije, “Oh, ya sé, ya sé. Como soy vegana, bebo tal y tal leche vegana. No bebo leche con lactosa”.

Y luego cuando nos detuvimos en la tienda porque él necesitaba cargar gasolina, entré y compré muchas cosas para él, todo vegano – galletas, pasteles y diferentes tipos de leche vegana para que probara. Y entonces él empezó a ser muy duro conmigo de nuevo. Me arrebató todas las cosas de las manos y las tiró de nuevo en los estantes. Dije, “¿Pero por qué? Pagaré por eso”. Él dijo, “¡No, no, no! ¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quiero!” Fue muy severo. Debe haber tenido algún problema, corporal o algo. O quizá era tarde en la noche y no estaba dispuesto a llevarme tan lejos, pero tenía que hacerlo porque estaba de servicio. Él estaba en la línea para llevar a los clientes así que debía hacerlo. Me disculpé profusamente todo el tiempo. Dije, “Perdón, perdón. Es tarde en la noche y se lo compensaré. Le pagaré más de lo que pide. No se preocupe. Aquí tiene, tome esto primero. Tome. Son 50 libras para usted. Por favor, esto es solo para usted primero. Después pagaré más. ¿De acuerdo?” Entonces él dijo, “No, no. Guárdelo. Pague todo junto más tarde - bien”.

Él no quería tomar el dinero ni intentaba causar problemas. Estaba en algún tipo de problema en ese momento. Entonces, le hablé sobre el Islam, algo que sé sobre el Hadiz y el Corán. Entonces, empezó a gustarle. Entonces estuvimos bien. Fuimos amigos hasta el último minuto. Y entonces fui hasta donde se suponía que iba. Entonces dije, “Deténgase aquí en frente de ese restaurante vegano. Necesito comer algo”. Además, no quería que él supiera dónde iba después. Suelo cambiar de taxi a mitad de camino para preservar mi seguridad. Eso es lo que pienso. De todas formas es seguro, un país seguro, pero siempre trato de tomar precauciones extra porque a menudo viajo sola. Como sea, entré al restaurante y pedí comida vegana, y después de eso, llamé a un taxi y fui a otro lugar.

En ocasiones solo paro la grabación y grabo de nuevo, así que mi voz no siempre coincide con la voz anterior. Espero que a los espectadores no les importe.

La razón por la que cambio de taxis, si tengo que ir en taxi, es porque generalmente soy generosa con los conductores. Les doy una buena propina, muy generosa, o los invito a comer comidas veganas que ordeno de un restaurante, y luego se las doy para llevar a casa. Y entonces saben que tengo dinero. Así que por si acaso, por motivos de seguridad, cambio el taxi. Y siempre paro donde es seguro, y luego quizá camino a donde quiero ir, paro en frente de un hotel, o pido otro taxi del hotel, un nuevo taxista, por ejemplo. Es solo una precaución adicional porque estoy sola en el mundo. Y saben que este mundo no es todo bondad y dulzura para todos, y tengo que cuidarme.

Solía regresar a Taiwán (Formosa) o a algún otro lugar a veces y le decía a la gente por adelantado que viniera a recogerme con un coche o algo así. Pero después, ya no quise. Porque, por ejemplo, todos los taiwaneses (formoseños) venían y estaba muy atestado en el aeropuerto. No quiero molestar el viaje de otras personas. Y no quiero que la gente bloquee el paso de otros de ninguna manera. Ellos entonces traerían una silla de manos y luego me pondrían en esa silla y me llevarían con cuatro persona - dos en el frente, dos atrás -sobre sus hombros para que todos los demás puedan ver. Oh Dios mío, fue realmente algo desafiante y yo era muy tímida. Así que después de un tiempo, no me atreví a dejar que nadie supiera que volvía o que iba a algún lugar. Solo huía.

Incluso cuando fui en la gira por Europa - recuerdan la gira europea durante la guerra, por invitación de una de sus hermanas que me rogó que viniera a detener la guerra en ese momento - Fui sola todo el tiempo con mi equipaje sencillo. Y no me atreví a ir en ninguno de los coches de los discípulos o a ir con ellos ni nada. Fui a todos lados sola. Y cuando los veía viniendo hacia mí, corría inmediatamente a otro sitio. Así que una vez, recuerdo que les conté, en Eslovenia, ya no había más taxis allí. Y todos los discípulos me vieron porque ellos también iban a escuchar mi conferencia en la gira. Me seguían a todas partes en ese momento a diferentes países. Pero yo siempre iba sola. Y me veían y decían, “Oh, Maestra, Maestra, venga aquí, tenemos un coche”. No, no me atrevía, porque todos vendrían. Si iba ahí, me quedaba allí, y esperaba su coche, entonces todos los demás vendrían. Y sería caótico en el aeropuerto.

Así que me escondía en uno de los coches de alquiler. Y el único coche que pude rentar en ese momento fue, les comenté, uno con palanca de cambios. Nunca había conducido uno con palanca de cambios en toda mi vida. Y era el último minuto para el negocio. El hombre estaba muy ansioso por cerrar su negocio e ir a casa. Y solo me dijo, “Haga esto. Haga aquello. Haga eso. Y luego el coche andará”. Dije, “Por favor, no, nunca he manejado este tipo de coche antes”. Él dijo, “Usted sabrá”. ¿Cómo? Porque en Europa, vi que muchos coches solo tenían palanca de cambios. Así que dio por sentado que sabría cómo, que solo quería hacerme la fresca con él para demorarlo para volver a casa con su esposa e hijos y cenar. Dije, “No, de verdad no sé. Por favor enséñeme”. Dijo, “Usted sabrá hacerlo. Solo hágalo. Solo maneje. Presione el acelerador y presione el…” Incluso olvidé lo que me dijo. Y ahora si me dicen que conduzca con palanca de cambios, no sabría hacerlo.

Así que, en ese momento, conduje todo el camino desde el aeropuerto a la capital, y el coche se paró varias veces. Tuve que parar, escribir en un gran pedazo de papel y pegarlo con cinta en el vidrio de la ventana trasera: “¡Nuevo conductor! ¡Por favor, preste atención!” Y entonces la gente que pasaba a mi lado me veía “kachum, kachum”. El coche casi se paraba o no quería andar. No dejaban de mirarme con sonrisas amistosas. La gente allá era tan amable, muy amable, ellos entendían, solo evitaban mi coche. Y yo rezaba todo el tiempo: “Por favor deja que el coche siga adelante”. Y no sé cómo - paraba, arrancaba, paraba, arrancaba “kachum, kachum, kachum,” medio para, medio arranca, todo eso… Y aun así llegué a uno de los hoteles en algún lugar en esa autopista. Entonces entré y dejé que el personal del hotel se ocupara del coche, que llamaran a la compañía para recogerlo mañana o cuando fuera. “Por favor díganme si puedo conseguir un taxi para ir a la capital” Y ellos organizaron todo eso. Porque necesitaba ir rápidamente, no podía seguir “kachum kapom” con ese coche. Es peligroso y demoraría demasiado. Porque en esa época, cada dos días había una conferencia en un país. ¿Recuerdan eso? Cada dos días tenía que estar en otro país. No podía jugar con ese coche.

Por suerte, los Cielos me protegieron los ángeles me ayudaron y de algún modo, llegué a un hotel y arreglé eso. Y dijeron, “Oh, es muy caro ir a la capital en un taxi”. Dije, “No, no, no me importa. Por favor, por favor. Tengo dinero para pagar”. Por supuesto, cuando fui en la carretera, me preparé, tenía efectivo y también algunas tarjetas de crédito. De todas maneras, dije, “No se preocupe, tengo dinero”. Por eso siempre tengo que cambiar de taxi siempre que sea posible, porque la gente sabrá que tengo dinero. Porque a veces no quieren llevarme. Les preocupa que sea una distancia demasiado larga y si tengo dinero o no. Y soy extranjera, no soy europea. Cosas como esas. Es difícil estar en la carretera por tu cuenta y tienes que protegerte al mismo tiempo. Y tienes que convencer a la gente de que tienes dinero para una larga distancia. Ahora recuerdo todo eso. Es como una historia de Hollywood.

Photo Caption: ¡Presenta con Amor lo Mejor de Ti para que los demás se sientan complacidos!

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